
Me gusta porque trata temas calientes relacionados con la gestión de la pequeña empresa (los beneficios, la dirección, el márketing, la contabilidad, el cálculo de costes, productividad, etc.).
Un capítulo que me gusta especialmente es el número 7 que lleva por título “El beneficio no es todo” y en él, su autor, se hace la pregunta que lleva por título este post “Por qué fracasan los negocios”. Es curioso pero el autor – o el traductor – no ha utilizado signos de interrogación (¿?) ¿acaso era una afirmación y no una pregunta?... sea cual sea el motivo dejo al lector que saque sus propias conclusiones (las negritas y los [corchetes y cursiva] son míos):
1.- Conceder demasiado crédito a los clientes
2.- Dejar que las existencias alcancen niveles demasiado altos
3.- Expandir las ventas con demasiada rapidez en relación con el capital circulante [Fondo de maniobra] de que se dispone.
4.- Las fluctuaciones en los ingresos y pagos debidas a los factores estacionales o a los ciclos comerciales o del negocio.
5.- Invertir una proporción demasiado alta de los beneficios en activo fijo e insuficiente en capital circulante [otra vez el Fondo de maniobra]. Un efecto similar se crea al endeudarse excesivamente por las compras a plazos.
6.- Abusar del crédito de los proveedores y luego ser presionado para el pago. Los mismo puede ocurrir con los créditos bancarios y otros préstamos.
7.- Subestimar los efectos y la extensión de la inflación [más importante en los ochenta que en la actualidad... espero].
Relacionado con todo lo anterior conviene recordar que las Pymes – bueno, también las grandes - suelen tener dos tipos de problemas:
1º. Relacionados con la rentabilidad: diferencia entre ingresos (ventas) y gastos (costes).
2º. Relacionados con el disponible: diferencia entre cobros y pagos (cash-flow).
Muchos pequeños empresarios cometen en error se preocuparse casi exclusivamente en el primer problema porque suele ser mucho más fácil de controlar – “Juan, ¿cuanto hemos vendido este mes? o ¿Cuánto le hemos comprado a ...? – y suelen descuidar el presupuesto de tesorería porque supone la elaboración de unos estados financieros ad hoc y que no suelen ser facilitados por los programas habituales de contabilidad.

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Revisión 16/11/2007:
Comenta este post en su blog "el intermediario" y como suele suceder, en esto del Web 2.0, la información cuando se transmite y se cocina se suele mejorar. Incluyo un simpático comentario que realiza el autor y que incorporo desde este moento a mi anecdotario particular (eso si, lo haré citando fuente).
Comenta Luis (El intermediario) que...
"he trabajado, tanto en grandes multinacionales como en pequeñas empresas, recuerdo una buena “receta” y, al mismo tiempo, simple, para recordar la importancia de la “caja” en los negocios. Me la dio un profesor (siento no recordar quien fue) cuando dijo que el balance de una empresa tiene dos partes: el activo, que se compone de “caja” y de “estados indeseables de la caja” (stocks, clientes que nos deben, etc) el pasivo, que se compone de un poco de dinero que hemos puesto nosotros y de todos los “incautos” que han confiado en nosotros y han puesto el suyo.
Desde mi punto de vista, es importante no olvidar esos estados “indeseables” y, por lo tanto, estar, constantemente, atentos para convertirlos en el único “deseable” que es la caja y que, también, llamamos tesorería que, por algo, viene de tesoro."
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Entrada actualizada en www.economiaforense.es
2 comentarios:
Brillante exposición, como siempre.
Este blog cualquier día intentan cerrártelo los competidoes
Enseña demasiado, y encima de forma amena y comprensible.
Un abrazo
Carlos,
Muchas gracias, se nota que eres mi mejor cliente (jejeje).
Si intentan cerrármelo los competidores ya te contrataré como letrado.
j.a.
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