
En una ocasión, un hombre compró una lata de sardinas por una moneda (euro, dólar...). Este hombre pensó que podía vender la lata y obtener un pequeño beneficio y decidió venderla por dos monedas, ¡Fue magnífico! había obtenido una rentabilidad del 100%.
El comprador, inicialmente, no había comprado la lata para revenderla, pero conocedor de lo bien que le había ido al anterior vendedor, decidió probar suerte y la puso en venta por 4 monedas... la lata se vendió enseguida. Nueva ganancia del 100%.
Este nuevo comprador, estaba seguro de que no había comprado una lata cualquiera, había comprado algo que estaba dando rentabilidades espectaculares a sus anteriores poseedores y probó suerte intentando vender esta por 10 monedas... la lata se vendió en un abrir y cerrar de ojos. Las ganancias iban en aumento, todo el mundo se preguntaba cual era el secreto de esa misteriosa lata, pero nadie dudaba de que era una inversión segura.
El último comprador estaba dispuesto a venderla ¿Porqué no? por 30 monedas... le costó un poco, pero encontró a un nuevo adquirente.
Éste, intrigado y deseoso de conocer cual era el misterio de esa fabulosa lata que en el supermercado de la esquina podía adquirirse por una moneda y que él había pagado 30 decidió abrir la “lata maravillosa”. Cual fue su sorpresa cuando observó que “sólo” había cuatro sardinas en ella.
Confiando en que se trataba de un error, se dirigió presto a buscar al último

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