
En julio del año pasado desde Bruselas se realizó una consulta a las corporaciones de auditores y a sus organismos supervisores sobre como podía mejorarse la calidad y el control de sus trabajos.
La Comisión este mes ha emitido una recomendación que afectaría directamente a España (principalmente las Big Four) en su modelo de control por parte del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas o ICAC.
Las grandes auditoras están en el punto de mira porque los escándalos financieros de las grandes compañías pueden afectar a la credibilidad de todo el sistema.En la actualidad es el ICAC el que desde finales de los ochenta, en base a la Ley de Auditoría de Cuentas, supervisa el trabajo de todos los auditores – grandes y pequeños – bien directamente, bien a través de las tres corporaciones que los representan (Censores jurados de Cuentas, Economistas y Titulados Mercantiles).
Además de la supervisión el ICAC tramita las denuncias que se presentan y emite Normas Técnicas de obligado cumplimiento para los auditores, en la elaboración de sus trabajos.
En la actualidad son las corporaciones de auditores principalmente las que velan por la calidad de los trabajos, para posteriormente informar al ICAC de sus conclusiones e irregularidades detectadas.
Parece que aunque no sea pronto, los cambios no se harán esperar, y desde Bruselas van a recomendar la creación de “organismos supervisores independientes”, auque ¿entonces que es el ICAC?... yo creo que “la duda ofende”.
Todo este lío viene condicionado por la Octava Directiva de Auditoría (que entrará en vigor el próximo 29 de junio) a la espera de que los respectivos países realicen las oportunas adaptaciones.
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